Durante su visita a la fábrica, Paolo conoce al mítico Beppi y se encuentra con Manuela justo antes de que ambos reciban una llamada inesperada.

La investigación va añadiendo nuevos y útiles elementos de juicio. Mientras tanto, Sardi pasa por un mar de emociones.

En medio de la tempestad de emociones, Luca y Lara encuentran algo de sosiego junto a las personas que quieren. Sin embargo, no hay tiempo que perder y la investigación continúa.

Es un día normal en la ciudad. Un niño empieza el colegio, una chica cogerá su bicicleta para il al trabajo y alguien más jugará a ser el presidente de una gran compañía.

Después de hablar con Ginevra el comisario se dirige a hablar con Lara. Sin embargo, las cosas han cambiado y el padre de Lara apela a su sexto sentido para aconsejar a su hija.

Manara y Toscani llevan a cabo un improvisado interrogatorio. Mientras tanto, la inspectora Rubino recibe una inesperada sorpresa.

Paolo es el típico hombre que no consigue ni siquiera acordarse del nombre de las chicas con las que sale. Por su parte, Natoli sabe muy bien cómo ponerle en aprietos pero también sabe dónde tiene que ir cuando es mejor quitarse del medio.

Ginevra hace una visita sorpresa a la comisaría. El comisario no está pero no es él la persona que está buscando. Mientras tanto Lara y Luca siguen buscando pistas para la investigación.

Veamos cómo termina la historia entre Jacopo y Sara, y descubramos también que ocurrió con las parejas que solían ir al consultorio de Jacopo.

Mientras que la investigación sigue adelante con nuevas pistas, el comisario por fin se decide a afrontar su situación personal.

Parece que el destino le está dando más responsabilidades a Paolo. ¿Podrá manejar la empresa y darle una atención adecuada a Natoli?

A pesar de la incómoda situación entre ellos, Luca y Lara deben llevar a cabo un largo interrogatorio con todas las mujeres cercanas a la víctima.

Jacopo regresa a Roma con la intención de buscar a Sara. Sin embargo, Sara está en la iglesia de San Eusebio y Jacopo trata de llegar antes de que sea demasiado tarde.

Paolo está deseando deshacerse de Natoli y ya cuenta los minutos para encontrarse con su hermano y entregarle al pequeño maleducado. Sin embargo, las noticias que le dan en la empresa no son precisamente las mejores.

Después de investigar la escena del crimen, el comisario debe hablar con Rosmini de la autopsia y de mucho más.